por Flor de Anda
Cuando me pidieron apoyo en la redacción de la invitación final a la Jornada Netquest México, dudé en usar la palabra “parteaguas”1 para definir el evento. De hecho, finalmente la cambié por algún otro sinónimo menos pretencioso y más modesto. Con el hecho ya a las espaldas, creo que no debí temer usarla, pues la jornada ha servido para marcar un antes y después en cuanto a la investigación de mercado online en este país, pero sobretodo, un antes y después en la historia de la filial mexicana, no me queda duda.
El día doce de mayo, desde antes de la hora citada, un importante grupo de personas demostraban que la epidemia de impuntualidad no había afectado en esta ocasión a nuestros invitados. El haber puesto en la invitación que el vocalista de U2 se hospedaba en el mismo hotel, sin duda hubiera sido un buen gancho publicitario; pero tampoco queríamos llenar el Estadio Azteca: el gran logro fue haber llenado el Salón Mérida varios minutos antes de que iniciaran las presentaciones.
Directivos y ejecutivos de las grandes y pequeñas compañías formaron un grupo uniforme en el que, muy probablemente y por pertenecer a la misma industria, todos sabían quién era quién: Este hecho lo confirman las decenas de apretones de manos que se dejaron ver. Ante éste panorama, el reto era mayor: ¿Cómo convencer a quienes más saben del negocio que los páneles online son la mejor alternativa y/o complemento a las metodologías convencionales que se utilizan actualmente? Pues justamente de la manera en la que ocurrió: Siendo honestos y autocríticos respecto a los tópicos más cuestionados de este negocio y mostrando a clientes y no clientes que, de cualquier forma, Netquest está completamente comprometida con el avance del sector en México y, como dijo el mismo Luis Noriega al iniciar el ciclo, lo que se busca no son clientes, sino socios con los cuales poder emprender proyectos que sean eficaces y trasciendan, que sean estadística objetiva y no aproximaciones dudosas.
Al parecer, la tarea fue exitosa, ya que en las casi tres horas y media que tardó el evento, los asistentes prestaron atención fija a cada una de las participaciones y al debate final, hazaña impensable en un país en el que cualquier reunión con olor a conferencia viene acompañada de un concierto de bostezos.Cabe señalar que en el cocktel que se ofreció al término del evento, escuché a un par de personas precisar lo mucho que desconocían sobre el tema y el interés que había despertado en ellos.
Esto no hubiera sido posible sin la genialidad de los ponentes, ya que al presentar sus diferentes posturas sobre la investigación de mercado online, no lo hicieron de la manera solemne y soporífera en la que suelen instalarse cientos de exposiciones, sino que más bien presentaron de una forma lúdica y amena que envolvió a los asistentes. Así pues, vimos a un Alejandro Garnica bromear y criticar viejas prácticas y metodologías que en la superficie aparentan seguir funcionando, pero que por dentro huelen a viejo. Heriberto López, por su parte, volcó toda su experiencia en comentarios que ofrecieron una radiografía exacta de la industria. Javier Alagón fue acertado en sus premisas y sarcástico en sus afirmaciones, mientras que Germán Loewe, como buen anfitrión, puso varios temas sobre la mesa y se mostró convencido de que los paneles online son el futuro de la investigación de mercado.
El doce de mayo, insisto, marcó una línea divisoria en la trayectoria de Netquest México, pues al finalizar el evento, el público no sólo se llevó consigo los souvenirs que obsequiamos, sino una visión más amplia de la investigación de mercado online. Por supuesto que a Netquest también nos sirvió, principalmente para mostrar de frente que tenemos un compromiso genuino con la industria, pues también nos interesa darle credibilidad y certidumbre y dejar atrás esos vacíos y oquedades que tanto se cuestionan.
Pero no sólo eso, el evento Netquest también sirvió a nivel interno para graduarnos como equipo, ya que demostró que tomando un remo cada quien, se puede tener un rumbo más fijo: Cada uno puso su granito de arena en la organización – quizá unos granos más pesados que otros - y los resultados, indudablemente, nos hacen crecer a todos.
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1 (un hito histórico)
