Los miopes son más inteligentes

Antes de empezar, debo confesarlo: soy miope. Espero que esto no distorsione mi mirada sobre este problema. Confiad en que así sea.

Hemos tocado este tema con anterioridad en este blog: cuando investigamos, es habitual confundir causalidad con correlación. Que dos sucesos aparezcan al mismo tiempo no implica que uno sea causa de otro. El problema que abordamos hoy es más interesante aún y tiene que ver con el la dirección de la causalidad.

¿Qué fue primero, el huevo o la gallina?

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Este debate viene de la antigüedad. Frecuentemente se usa la metáfora del huevo y la gallina para describir eventos en los que es difícil discernir el orden en que suceden, porque en la práctica se encuentran enlazados de forma  inextricable. Aristóteles, Plutarco o Stephen Hawking se han enredado en algún momento a debatir sobre esta cuestión.

Curiosamente, la miopía y la inteligencia, pese a que parecen dos conceptos que nada tienen que ver, forman una relación viciosa de este tipo. Veamos cómo.

 

¿Qué causa la miopía?

Aunque la medicina - y la ciencia en general - ha hecho enormes progresos durante las últimas décadas, todavía no existe una teoría totalmente aceptada acerca de las causas de la miopía. Generalmente se barajan 3 posibles causas:

1. Causas genéticas: Es la hipótesis más aceptada. La propensión a la miopía de personas cuyos padres son miopes es alta. Parece ser que el globo ocular en estos individuos tiene ciertas proporciones características, que se transmiten de forma hereditaria.

2. Causas ambientales: Es una creencia popular que el hábito de mirar las cosas muy de cerca durante la infancia ("niño, ¡no te acerques tanto a la tele!") puede producir miopía. Sin embargo, parece ser lo contrario: los niños que se acercan a la tele es porque ya empiezan a manifestar síntomas de miopía. Y aquí empezamos a liarnos con la causalidad.

Como principal argumento a favor de las causas ambientales, se suele hablar de un aumento generalizado de la incidencia de la miopía en la población mundial, culpando de ello a factores externos como los hábitos de lectura, las pantallas de TV, monitores, smartphones... Sin embargo, parece más probable que lo que haya aumentado sustancialmente sea la capacidad médica de detectar la miopía. En pleno siglo XXI se estima que más de la mitad de la población mundial morirá sin haber ido nunca al oftalmólogo, imaginad como era la situación hace 50 año o 100 años.

Por otra parte, también existen evidencias que indican que el ojo compensa el desenfoque causado por la miopía, por lo que ponerse gafas podría, de hecho, evitar esta corrección y agudizar la miopía. Eso nos llevaría a una situación en la que el propio diagnóstico colabora a extender el problema.

3. Combinación de causas: Algunos expertos defienden que tanto factores genéticos como ambientales influyen en la aparición de la miopía. Estos expertos aceptan la predisposición hereditaria, pero también aceptan que ciertos hábitos pueden determinar si la miopía aparece y en qué grado.

 

 

Alguna ventaja tenía que tener...

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Por lo tanto no está claro qué causa la miopía, aunque parece claro que cada vez hay más personas que la sufren. Sin embargo, parece que no todo son inconvenientes para los miopes. Según un estudio publicado por un grupo de investigadores daneses en los años 80, realizado con una muestra de 15.834 individuos, los miopes son más inteligentes que la media de la población. Estamos hablando de unos siete puntos de coeficiente intelectual por encima de los no miopes.

El dato anterior no es una hipótesis, una intuición... es un hecho, verificado estadísticamente y aceptado por la comunidad científica: los miopes son (somos) más inteligentes. Pero ¿por qué? ¿Qué diantres tiene que ver el tocino y la velocidad? Existen varias teorías al respecto, y dándole algunas vueltas, podríamos encontrar más.

 

  • Teoría 1. La miopía causa inteligencia

Durante la infancia somos especialmente vulnerables a la imagen que los demás se hacen de nosotros, hasta un punto que podemos llegar a adoptar el papel que la sociedad nos atribuye. No nos engañemos: que te pusiesen gafas de crío era un estigma indeleble, pasabas a ser diferente al resto y te predisponía a ser considerado un empollón. Llevar gafas tenía un cierto punto traumático.

Recuerdo perfectamente que con 13 años mis problemas de visión empezaban a ser considerables: no veía la pizarra de mitad del aula hacia atrás. Mi madre me obligó a ir al oculista, el cual me enfrentó el célebre póster con las letras de tamaño decreciente. En un intento de zafarme de ser un "cuatro ojos" traté de enumerar todas las letras que me requería el oculista de memoria. Como además de miope tampoco tengo memoria, fallé estrepitosamente, quedándome a medio camino entre lo que recordaba, lo que me parecía ver y lo que me inventé. Cuando acabé mi actuación, me giré y vi el rostro estupefacto del oftalmólogo y a mi madre llorando. Debió pensar que más que miope estaba totalmente ciego (¡o loco!).

Muchos expertos defienden que el diagnóstico de la miopía cuando somos niños altera nuestro comportamiento, a dos niveles. Por una parte, la capacidad intelectual no es sólo un don genético, es algo que se desarrolla especialmente en los primeros años de nuestra vida. Podría suceder que los niños miopes prefieran actividades que no requieran usar su visión a distancia, como la lectura o los juegos de construcción, actividades que estimulan la inteligencia, al mismo tiempo que evitan los deportes y otras actividades físicas que requieren mejor visión a larga distancia.

Por otra parte, también podría suceder que el "estigma de las gafas" propicie cierto aislamiento, una personalidad más introvertida que también favorezca actividades intelectuales. Dicho de otra forma: ponerte gafas te hace mejor estudiante y más inteligente.

Ambas explicaciones dan soporte a la teoría de que la miopía causa inteligencia. Sin embargo, no existen evidencias que corroboren estas argumentaciones: es extremadamente difícil hacer experimentos al respecto.

 

  • Teoría 2. La inteligencia causa miopía

¿Y si fuese justo lo contrario? Podría suceder que los niños más inteligentes se sintiesen atraídos por actividades como la lectura y eso les produjese la miopía. Algunos datos darían soporte a esta teoría: en Europa, donde la escolarización está más generalizada, la miopía tiene mayor incidencia que en cualquier otro lugar del mundo. Algo parecido parece estar observándose en Asia a medida que se produce una escolarización masiva, un fenómeno que está recibiendo el calificativo de auténtica epidemia. Sin embargo, no es un hecho demostrado: ¿por qué justamente en Asia la miopía está teniendo más incidencia que en otras regiones más escolarizadas? Quizá están entrando en juego factores raciales.

Esta teoría estaría vinculada a la relación de la miopía con causas ambientales, algo que nunca se ha podido probar, a diferencia de las causas genéticas, que sí han podido acreditarse.

 

  • Teoría 3. Simple correlación

También podría ser que la miopía y la inteligencia sucedan al mismo tiempo, sin que una sea causa de la otra. Sabemos que tanto inteligencia como miopía tienen en parte un origen genético. Personas inteligentes suelen tener hijos inteligentes, lo mismo sucede con los miopes. Los genes causantes de una cosa podrían estar implicados en la otra. Dicho de otra forma: tanto inteligencia como miopía podrían tener una causa común que desconocemos.

 

Los peligros del análisis de datos

Este curioso fenómeno nos recuerda que debemos ser extremadamente cuidadosos cuando miramos los datos de un estudio de investigación. Un fichero de datos es un campo de minas en el que es muy fácil dar un mal paso. Las conclusiones precipitadas, basadas muchas veces en prejuicios y creencias a priori que damos por sentadas, nos pueden jugar malas pasadas. Esta capacidad de analizar con criterio estas cuestiones tan complejas marcan la diferencia entre un investigador y un gran investigador.

En cualquier momento en el que te enfrentes a un problema de este tipo, mantén la cabeza fría y recuerda: una correlación es algo simple de encontrar, una causalidad es algo mucho más serio.

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