El internet de las cosas y la investigación de mercados

Internet-de-las-cosas"Para 2020, todo estará conectado" -Gartner Inc.

Actualmente un 99% de los objetos que nos rodean no están conectados a Internet, pero esta cifra está cambiando. Este fenómeno se denomina IoT, del inglés Internet of Things o Internet de las cosas, y busca, a través de microsensores, "despertar"  el mundo físico para conectarlo con la red y hacer nuestra vida más fácil.

Un mundo interconectado

Conforme avanzan las comunicaciones cada vez es más fácil contar con conexiones de alta velocidad en casi todas partes; el precio del acceso disminuye y los teléfonos inteligentes continúan acaparando el mercado al ver reducido su coste. Por otra parte, cada vez son más los dispositivos incluyen sensores wifi en su mecanismo; desde relojes, artículos textiles, alarmas, coches, cámaras y un sin fin de nuevos gadgets.

La regla de oro es, "si algo puede conectarse, estará conectado" pero, ¿por qué querríamos que todos los aparatos terrestres estuvieran en línea?. Las posibilidades son infinitas, pongamos un ejemplo del día a día: tienes una reunión, pero hay tráfico denso debido a un accidente, por lo que  tu calendario te ofrece una alternativa más rápida, y en caso de prever que llegarás tarde igualmente, manda un mensaje automáticamente a tu trabajo. O imaginemos que te despiertas a las 6 de la mañana y tu cafetera se sincroniza con tu despertador para que tu espresso esté listo en cuanto pisas la cocina.

Por otro lado, y pensando a gran escala, otro concepto interesante es el de la aplicación del Internet de las Cosas en la construcción de ciudades inteligentes. Espacios más eficientes en gestión de residuos, comunicaciones, coste energético o calidad de vida a través de sensores localizados, por ejemplo, en la flota de transporte urbano, semáforos, plantas depuradoras y un largo etc.

Aplicaciones a la Investigación de Mercados

 

[caption id="attachment_6789" align="aligncenter" width="588"] netquest-internet-of-things Imagen: Ross Patton / Wired[/caption]

Es cierto que aún queda mucho por hacer en este campo, pero vayamos un paso por delante y analicemos como este poderoso fenómeno puede jugar un papel clave en la obtención de datos para los investigadores: podemos usar el IoT para obtener datos directamente a través de las máquinas, gadgets u objetos del día a día.

Comenzando a pequeña escala, desde el hogar, podríamos conseguir datos instantáneos y actualizados de los hábitos de los consumidores. La cafetera que nombrábamos antes no sólo puede comenzar a preparar café a golpe de despertador, sino que revelaría valiosa información acerca de a qué hora prefiere nuestra muestra beber café, cuál es su variedad favorita o con qué frecuencia automatiza este proceso.

Si esa misma persona decide coger el coche, incluir un sensor en su vehículo nos daría datos sobre cuál es su consumo medio, sus rutas más habituales o, incluso, dónde y con qué criterios decide repostar. Como éstas, son muchas las potenciales oportunidades del IoT para la investigación de mercados, que podrían ser implementadas en los próximos años. Todas ellas, sin embargo, requieren la aceptación explícita del consumidor para garantizar un uso apropiado de sus datos.

Retos a la vista

Pero, ¿hasta qué punto el Internet de las Cosas nos hace la investigación más fácil? ¿Cuáles son los riesgos y dificultades a los que nos enfrentamos ante una red tan extensa de dispositivos interconectados? Es cierto que el IoT abre la puerta a multitud de posibilidades pero también plantea unos cuantos retos a tener en cuenta antes de comenzar a automatizar procesos y conectar tecnologías.

La seguridad es el primer gran obstáculo a tener en cuenta cuando tratamos con billones de objetos simultáneamente conectados. Hay que asegurar que la información transferida no caiga en malas manos y sea objeto de hacking -un punto especialmente importante para grandes compañías que manejan gran volumen de datos, contraseñas e información confidencial.

El segundo gran punto es el de la privacidad y la forma en que se comparten datos; es un tema de candente actualidad hoy en día y cuya importancia podría verse incrementada exponencialmente cuando hablamos de millones de usuarios y dispositivos continuamente intercambiando datos personales.

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En resumidas cuentas, el impacto del Internet of Things sobre nuestras vida plantea una oportunidad única para el investigador a medida que más y más dispositivos empiecen a interactuar diariamente con nosotros. Sin embargo, antes de aventurarnos a crear ciudades interactivas y adelantar futuros acontecimientos deberemos valorar cuales son las posibilidades reales que este fenómeno aporta sin olvidar los costes y los riesgos que la conectividad en masa entraña.

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