Según los datos de Statcounter, de los cuáles se hace eco esta noticia de la cadena ser, Firefox 3.5 ya es el navegador más usado en Internet. La noticia está redactada de una forma un poco engañosa, porque de hecho, Firefox 3.5 es la versión de navegador más empleada, pero globalmente Internet Explorer, con todas sus versiones, sigue siendo el navegador más empleado con un 59,94% de cuota de mercado frente a un 30,26% de Firefox. En España, los datos son similares: 60,1% Explorer frente a 31,6% Firefox.
No obstante, son varias las lecturas que pueden hacerse de esta noticia, algunas relacionadas con el mundo de la encuesta online y otras más generales:
- Si funciona en Internet Explorer.... ya no es suficiente: En muchas ocasiones, como proveedores de campo online que ofrece servicios de 'sampling' - envíos de encuestas programadas por otras empresas a nuestros paneles - hemos tenido que rechazar proyectos debido a que algunas encuestas estaban programadas de tal forma que no podían visualizarse correctamente en exploradores diferentes a Internet Explorer. Estas decisiones son siempre dolorosas, pero el tiempo nos está dando la razón. Programar encuestas que sólo funcionan correctamente en Explorer excluye al 40% de los Internautas. ¿Podemos estar seguros de que el uso del navegador no correlaciona con otras variables de investigación? ¿Podemos arriesgarnos cuando hablamos del 40% de los Internautas? ¿Podemos las empresas de paneles online permitirnos maltratar al 40% de nuestros panelistas? Francamente, creo que la respuesta a estas 3 preguntas es no, no y no.
- Los peligros de tenerlo todo a favor: La historia de Internet Explorer nos puede servir de lección empresarial. El navegador de Microsoft, que desbancó del liderato del sector al Netscape Navigator, lo ha tenido todo a favor durante mucho tiempo. La política de Microsoft de empaquetar su navegador junto al sistema operativo fue letal y logró hundir la competencia durante muchos años. Pero una agresiva - y exitosa - política comercial, basada en una buena visión estratégica - el que domina el navegador puede dominar Internet - no se ha acompañado de un buen desarrollo de producto. Posiblemente la ausencia de competencia durante tantos años ha reducido la capacidad de innovación de Microsoft y ha hecho mejores a sus competidores. El resultado: Internet Explorer 6 estuvo en el mercado demasiado tiempo sin mejoras y su sustituto, Internet Explorer 7, fue francamente decepcionante, un producto con un rendimiento inferior a sus competidores. Microsoft está corrigiendo estos errores con Internet Explorer 8, pero ha perdido su ventaja competitiva y ha facilitado a su competencia el liderazgo tecnológico.
- Firefox, cómo hacer una buena campaña de lanzamiento: Firefox 3.5 ostenta el record de velocidad de despliegue de cualquier versión de navegador publicada hasta ahora, logrando un market share del 21,9% desde junio - fecha de su lanzamiento - hasta diciembre. La estrategia: crear una campaña con una fuerte expectación, implicar a sus usuarios más fieles en el reto de lograr el máximo número de descargas en un día, aprovechar su imagen de 'retador' del líder. Como valor añadido, Firefox ha inculcado a sus usuarios la necesidad de actualizar la versión instalada, lo cuál reduce su parque de versiones obsoletas instaladas, algo que Microsoft no ha logrado y que de hecho propició con su decisión de impedir la actualización a usuarios con licencias de Windows fraudulentas (primero regalas el navegador y luego impides su actualización).
- Atención a Chrome: El navegador de Google se mantiene en un discreto 4% de mercado, pero tiene muchos elementos a su favor: técnicamente es de lo mejor que hay - rápido, fiable, potente -, su nivel de usabilidad está por delante de sus rivales, siguiendo la línea de la simplicidad que tan bien usa Google, y dispone de la capacidad publicitaria de Google. Desconozco la estrategia que persigue Google entrando en el terreno del navegador, pero parece claro que es un movimiento pensado a largo plazo y no un simple producto más dentro de su oferta. Google quiere influir en las tecnologías web y reforzar su estrategia de aplicaciones conectadas - frente a las aplicaciones de escritorio de Microsoft - y el navegador puede ser el campo de batalla.