El pasado 13 de febrero, el periódico El País, uno de los líderes en prensa escrita de España, se hizo eco de los resultados de un importante estudio realizado con datos de panel Netquest.
El estudio, llevado a cabo por Guillermo Cordero y Mariano Torcal, ambos profesores de la Universidad Pompeu Fabra, analiza el perfil del votante del partido de izquierdas Podemos. A raíz de ello, 2.562 individuos fueron consultados acerca de su estatus socio-económico e intención de voto entre el 20 de diciembre del pasado año y el 5 de febrero del presente.
Del estudio se desprende un dato revelador: el votante medio de Podemos "no es ni más joven ni más formado ni más urbano que el clásico de izquierdas", pese a lo que la opinión popular tiende a pensar.
Ideológicamente, este conjunto de individuos se encuentra más cerca del PSOE que de la izquierda de IU y es políticamente activo en su mayoría. Más de la mitad de ellos pertenece a núcleos de población pequeños y su edad media es superior a los 45 años.
En cuanto al uso de redes, utilizan más los medios online para informarse de la actualidad política, aunque no son especialmente activos. Además prefieren Facebook sobre Twitter para esta tarea.
Del estudio se extrae que los potenciales votantes de Podemos sufren de lo que se conoce como "desafección política", es decir: desconfían no sólo de la clase política sino de los partidos, la justicia, la UE, de los bancos o los sindicatos. De hecho, considerarían la abstención electoral de no contar con esta fuerza política.
A pesar del continuo crecimiento que está teniendo el movimiento Podemos, especialmente en comunidades como Cataluña, Galicia y el País Vasco -con más de un 25% de incremento en la intención directa de voto desde las elecciones europeas- falta por ver cuántos de los potenciales votantes acaban, efectivamente, ejerciendo su derecho al voto a favor de este partido.