Traducción de la entrevista de Simon Chadwick a Garry Kasparov "All's fair in love and... Chess?"publicada en la revista RW Connect de ESOMAR (Parte I).
Simon Chadwick es socio gerente en Cambiar y editor jefe de Research World, Garry Kasparov es el campeón mundial de ajedrez, empresario, político y autor.
Garry Kasparov no es solamente uno de los mejores jugadores de ajedrez del mundo, también es autor de “How life imitates chess” (Cómo la vida imita al ajedrez), un orador prolífico a nivel mundial, un emprendedor y, en su Rusia natal, un político en la oposición.
Simon: Nosotros en la industria de la investigación de mercados nos dedicamos al negocio de preguntar y responder preguntas. Usted dice que las preguntas – y escoger las correctas – es la clave del éxito. ¿Nos puede contar algo más sobre ello?
Garry: Si tu pregunta es errónea, todo el proceso seguirá una dirección equivocada. Las preguntas son como los fundamentos de un edificio.
Hoy en día, la gente persigue poseer más datos y cree que puede encontrar las respuestas en una pantalla. Pero antes de empezar a mirar, buscar, navegar, es necesario entender la naturaleza de la búsqueda – identificar el target. Esta es la razón por la cual yo siempre digo que reconocer el “Porqué” es el primer y último eslabón hacia el éxito.
Simon: Creo que podríamos estar de acuerdo en ello. Pero en un momento de su carrera jugó con la supercomputadora Deep Blue de IBM en circunstancias ciertamente polémicas. Hoy, nos dicen que el “big data” puede responder a todas nuestras preguntas. ¿Qué piensa sobre los paralelismos entre estas dos situaciones?
Garry: Bien, si hablamos de ajedrez – dejando a un lado el aspecto humano de jugar uno contra el otro o uno contra el ordenador – el ajedrez es un juego infinito, o casi infinito. El número de movimientos posibles es de 10 elevado a la potencia de 45, una operación mayor a la que cualquier ordenador súper-potente en cualquier rincón del mundo pueda procesar. Entonces sí, confiar mucho o exclusivamente en el “big data” nos puede llevar al éxito, incluso a un gran éxito. Pero en la vida, siempre existen circunstancias que no se pueden clasificar como se haría con los datos. Llegado cierto momento, tenemos que desviarnos de los datos para poder entender cuándo parar de buscar y empezar a preguntar.
Simon: Cierto. Nosotros como sector nos enfrentamos a muchos retos tecnológicos, de “big data”, de nuevas metodologías fuera de nuestras fronteras. Una de tantas cosas que ha dicho en su vida y que le ha hecho ser famoso es que sólo cuando el entorno cambia radicalmente es cuando tendría uno que considerar un cambio en los fundamentos. ¿Pero qué sucede si uno no se da cuenta? ¿Entonces qué?
Garry: Yo creo que no importa cuánta información hay disponible, todavía hay espacio para la intuición humana. Cuantos más datos tenemos, mayores problemas tenemos que afrontar. Incluso trabajar con una pequeña parte de la intuición humana puede suponer una diferencia significativa. Al final del día, si hablamos de negocio, se trata de ganar o perder; se trata de competición.
Más tarde podrás escribir páginas y páginas sobre los errores que has cometido y los movimientos correctos que has hecho y de cómo esto podría haber cambiado el resultado; pero el resultado es el que es. Al final, hay un punto de inflexión cuando la decisión tiene que ser tomada. Ninguna máquina puede decidir como lo haría una persona. Sólo nosotros decidimos cuándo accionar el cambio y actuar manualmente, cuándo pasar de ir con piloto automático a ir en manual y combinar lo mejor de la fuerza bruta de las máquinas y la creatividad humana.
Simon: ¿Jugó alguna partida de ajedrez en la que se diera cuenta demasiado tarde que las reglas habían cambiado?
Garry: Cuando juegas al ajedrez contra otras personas, tienes que luchar hasta el último momento, porque los humanos no son máquinas. Las personas somos vulnerables y siempre podemos cometer un error en el último minuto. Esta es la razón por la cual la partida no se termina, como se suele decir, hasta que no se detiene el reloj. Si tu oponente no renuncia, si no hay empate o si tú aún tienes movimientos disponibles, tienes una oportunidad – incluso si es una oportunidad muy pequeña – de cambiarlo todo. Sí, a veces todo apunta en tu contra, pero en la mayoría de casos siempre hay esperanza.
Simon: Siguiendo con esto, usted dijo que un éxito continuado le conduce a uno a un desastre potencial. ¿Cómo podemos protegernos del peligro que supone un desastre procedente de un éxito rotundo, especialmente cuando pensamos que vamos a seguir teniendo éxito?
Garry: No puedes. Es como luchar contra la naturaleza humana: todos estamos contentos cuando ganamos. Si sigues ganando, tu mente cree que es gracias a tu propia grandeza e intentarás replicar lo que anteriormente te llevó a la victoria. Pero es necesario recordar que estamos ganando contra un oponente que intenta entender por qué ha sido vencido. Un oponente que buscará errores en ambos lados. Si intentamos replicar los mismos métodos, corremos el riesgo de sufrir un verdadero desastre. Más tarde o más temprano dejará de funcionar – y hoy en día será más bien temprano, porque la gente tiene tantos datos a su alcance que encontrar errores rápidamente resulta muy sencillo. Hoy en día ganar es algo efímero. Uno ya no puede ganar con la misma fórmula que le funcionaba 50 años atrás. Hoy se tiene que estar en una constante búsqueda de la perfección. Necesitamos recordar que nuestra victoria – ya sea en una tabla de ajedrez, en el campo, en el negocio o en la política – no depende de nuestra grandeza.
Simon: Cambiando hacia un tema ligeramente diferente, otra frase que usted dijo que pienso que es muy interesante fue la de “la virtud de la innovación rara vez compensa el vicio de la incompetencia”. ¿Nos podría decir algo más acerca de qué quiso decir con esto?
Garry: Permanecer a la vanguardia es algo complicado. Hay que ser implacables – no sólo estar satisfecho con ganar el juego o la partida. Tenemos que cuestionar nuestro éxito. Ser el primero no es suficiente, hay que seguir siendo innovadores. Aunque esto suponga un gran desafío psicológico debido a nuestros límites.