La tecnología computacional avanza tan deprisa que es muy difícil acordarse de cómo era la vida antes de que existiera Internet. A principios de los 90, aún no sabíamos qué eran los motores de búsqueda, las redes sociales, ni por supuesto, las webcams.
Los científicos que inventaron las primeras webcams, iniciando así una revolución que nos llevaría a poder vernos en directo con personas en el otro lado del mundo, en realidad dieron con la idea persiguiendo otra cosa muy distinta: ¡café caliente!
"Una de las cosas que son muy, muy importantes entre los investigadores de ciencia computacional es un constante flujo de cafeína", explica el Dr. Quentin Stafford-Fraser, miembro del equipo de desarrollo de la primera webcam (Universidad de Cambridge).
El problema al que la webcam dio solución venía a resolver la falta de cafeteras que había en el laboratorio en el que trabajaba el Dr. Stafford-Fraser: sólo tenían una. Muchos investigadores que trabajaban en distintos pisos del edificio tenían que desplazarse hasta la habitación “Troyana” del laboratorio principal para descubrir entonces que no quedaba café en la máquina.
Para resolver el problema, él y otro científico, el Dr. Paul Jardetzky, improvisaron una pequeña cámara para poder vigilar la cafetera. La cámara tomaba imágenes tres veces por minuto y, mediante un programa, permitieron a los demás investigadores poder ver las imágenes en su red interna. Esto evitaba que tuvieran que moverse físicamente para revisar constantemente la cafetera y, por supuesto, también la profunda decepción que se llevaban al encontrarla vacía.
Sin embargo, no fue hasta el 22 de noviembre de 1993 que la cámara de vigilar café dio el salto a Internet. El Dr. Martyn Johnson estaba investigando las posibilidades de Internet y analizando el código del servidor y pensó que sería fácil imitar el sistema de vigilancia de la cafetera en la red. La noticia se extendió tan rápido que, muy pronto, millones personas de todo el mundo accedían a las imágenes de la cafetera.
Diez años y millones de visionados más tarde, los científicos desconectaron la emisión, pese a las quejas de los más nostálgicos. "En diez años ha pasado de ser una idea loca a un icono de los primeros años de Internet", concluyó Stafford-Fraser.
Sin pensar en lo que años después supondría, este grupo de adictos a la cafeína elevó al cuadrado las posibilidades de hacer investigación a través de Internet. En Netquest hemos aprovechado este fantástico invento para conseguir obtener mejores (y más objetivas) respuestas de nuestros panelistas.
VideoSurvey es una solución innovadora que permite al investigador poder observar al panelista, obteniendo información tan valiosa del encuestado como es su expresión gestual o corporal a la hora de realizar una tarea que le ha sido encomendada. Además, permite alternar preguntas web clásicas (radio buttons, checkboxes, matrices de elementos, escalas…) con un nuevo formato de preguntas abiertas, mediante las que preguntar y/o registrar respuestas a través de vídeo.
Esas primeras imágenes borrosas de una cafetera vacía o llena, “o en momentos más emocionantes quizás una cafetera medio llena” según comentaba uno de sus creadores, han dado paso a tener a nuestro alcance un mundo de posibilidades que descubre nuevos retos a la industria de la investigación de mercados. Nosotros, desde luego, siempre vemos la cafetera medio llena.
¡Feliz Navidad de parte de todo el equipo Netquest!