Leo con interés una entrevista que le realiza La Vanguardia a Jim McDermott, congresista del Partido Demócrata americano, con motivo de las próximas elecciones presidenciales. En ella, y a la pregunta de ‘¿Cómo es posible, dada la situación del país y la impopularidad de Bush, que la carrera entre Obama y McCain esté tan reñida?’, McDermott contesta: ‘No estoy seguro de que esté tan reñida. Los sondeos sólo llaman a gente con teléfonos fijos, no a quienes tienen teléfonos móviles. Entre ellos hay muchos jóvenes. Yo creo que éstos han recibido el mensaje de que se necesita un cambio en la presidencia”.
Más allá de las afinidades ideológicas de cada uno, las palabras de McDermott ilustran a la perfección un problema real, que hemos visto manifestarse también en nuestro país. Se trata de la introducción de un sesgo en los resultados de un estudio, en este caso motivado por el error de muestreo que puede suponer emplear una metodología que no incluya a todos los perfiles demográficos relevantes del universo a estudiar.
Desde el Departamento de Client Services de Netquest, cada vez con mayor frecuencia administramos la parte on-line de estudios que realizan los institutos de investigación y que combinan más de una metodología. En un momento en el que el muestreo telefónico no permite el acceso a ciertos perfiles poblacionales, la combinación de metodologías puede ser una buena solución para mejorar nuestra capacidad científica de realizar encuestas representativas.